Estando en un bar en Irlanda, y tras un volumen considerable de material hidratante, me preguntó Marco si me apetecía pasarme por el Ixufrina Rock. Con toda la motivación que producen 7 Beamish seguidas, le dije que sí y encima les pregunté a los del festival si necesitaban un fotógrafo. Sorprendentemente, sí que les hacía falta, así que menos de una semana más tarde pusimos rumbo a Fonz cámara en mano.
Con un equipo tensino bastante fuerte, el festival fue una locura. El público era más grande, más rural y bastante más joven de lo que me esperaba. Creo que muchos salimos de ahí más optimistas de cara al futuro, y parece que las elecciones -con su inesperado candidato local- nos han dado la razón hasta cierto punto.
¡Volveremos! Os dejo algunas de las muchísimas fotos que me gustaron del festival.
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