Días 4-7:
La tripa hasta aquí estaba aguantando bien, pero los mosquitos llegaron a su punto fuerte. Días guapos de apalancada en Puerto Morelos (Quintana Roo, entre Cancún y Playa del Carmen). La idea de ir a Puerto Morelos era evitar Cancún y sus tonterías -mejor ir a Sandiniés que a Formigal. Un éxito total hasta que pillamos un tour para ver Chichén Itzá y nos vimos en un bus pleno de gringos y un guía diciéndonos donde teníamos que estar todo el rato. Las ruinas (en el estado de Yucatán) están muy guapas, los mayas eran unos fieras y se les daban tajo bien las matemáticas. La otra parada del tour gringo fue Valladolid: muy bonito, pero empezó a jarrear a los 10" y vuelta al bus de los cojones (el campanario de la foto pertenece a la segunda iglesia más antigua de las américas). Vuelta a Puerto Morelos estuvimos en un jardín botánico con árboles muy grandes, insectos de muchos colores, lagartos del tamaño de tu brazo y monos. Estos últimos se movían muy rápido y saltaban como unos cabrones de árbol a árbol, así que me rendí con la idea de hacerles fotos -espero tener otra oportunidad pronto. La última noche los del airbnb montaron un fiestote ("un fandango") porque habían sacado su primer disco de Mexicaneo, con directos de Son Jarocho y demás géneros caribeños en la puerta de nuestra habitación. Nos pusimos como las ratas, un compadre me regaló un anillo para abrir chelas, nos aniquilaron los putos mosquitos y terminamos volando con Bella a Chiapas de enpalmada. Saludos a la crew de Quintana Roo y más info próximamente.
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